Cómo aprovechar cada euro en el cambio de divisas
A la hora de decidir un destino de vacaciones las opciones se multiplican. Muchos optan por ir a la playa, otros eligen el turismo rural o la montaña y otros tantos se lanzan a viajar al extranjero. El atractivo de visitar países que no conocemos es innegable pero conviene estar ojo avizor, si salimos de la zona euro, para no salir perdiendo con el cambio.
Entre los preparativos que conlleva un viaje de estas características, uno de los más importantes es la compra de divisa. Antes de realizar la operación, hay que hacer un cálculo, lo más aproximado posible, de los gastos que nos esperan en el lugar de destino: comidas, transporte, ocio, etc. Una vez que tengamos un presupuesto ajustado, es aconsejable comprobar los tipos oficiales para hacer una estimación de cuánta moneda vamos a necesitar. Sin embargo, esta información es orientativa ya que es complicado prever cómo se va a comportar una moneda de un día para otro y previsiblemente lo que calculemos no sea exactamente lo que recibamos.
¿En el banco o en el aeropuerto?
Si realizamos el cambio de divisa con suficiente antelación a través de la sucursal correspondiente de nuestro banco, podremos ahorrar dinero. Las entidades suelen aplicar un tipo de cambio más aproximado al real y, a pesar de cobrar comisión, la operación puede ser más ventajosa. En este caso, las divisas tardan en llegar al banco entre dos y tres días, aunque es posible que se demoren algo más dependiendo del tipo de moneda y la cantidad solicitada.
Si andamos muy apurados, es posible que nos veamos obligados a cambiar el dinero en el aeropuerto, donde los tipos de cambio varían y la operación saldrá más cara.
Casas de cambio
No suelen tener buena fama, pero si ya estamos inmersos en el viaje, pueden ser un buen lugar para cambiar moneda. Conviene no dejarse engañar por los carteles que aseguran un 0% de comisiones y realizar los cálculos oportunos con las tasas que ofrecen estas agencias. Lo normal es que la exención de comisiones se traduzca en un tipo de compra menos reducido, que es de donde procede el margen de beneficio del que viven estas empresas. Por eso, es fundamental no acudir al primer establecimiento que nos encontremos y comparar con otras casas para ver cuál nos ofrece el mejor cambio.
Cajeros automáticos
Otra opción, es conseguir las divisas en el país de destino sacando dinero de los cajeros automáticos. Aquí entran en liza diferentes costes. La cantidad que obtendremos dependerá de si estamos utilizando la tarjeta de débito (con la que la operación nos saldrá más económica) o de crédito. También el coste se incrementará si estamos sacando dinero fuera de la zona euro. En todos los casos, conviene sacar una cantidad alta para que la operación sea lo más ventajosa posible.
Antes de volver, es importante gastar el dinero cambiado, ya que existen divisas no convertibles que solo se pueden comprar y vender en el país donde operan. Si hacemos bien nuestro presupuesto y no nos pasamos con el cambio, no tendremos el problema de quedarnos con moneda inservible y disfrutaremos plenamente del viaje, sacando el máximo rendimiento a nuestro dinero.