Apoyar a la mujer emprendedora, un paso necesario hacia el desarrollo sostenible
Para que mujeres como Yamile Salazar o Ceneris Espitia –dos emprendedoras de la Fundación Microfinanzas BBVA– puedan progresar en América Latina, necesitan, entre otras, tres condiciones básicas: independencia económica, autoestima y sentimiento de pertenencia o integración social.
Por eso, y en coherencia con su propósito, la Fundación Microfinanzas BBVA ha diseñado una estrategia que responde a esas necesidades, para facilitar su desarrollo sostenible. “Las mujeres son verdaderas catalizadoras del progreso de un país, por su importante contribución al desarrollo de sus familias y de sus comunidades”, ha recordado el director general de la FMBBVA, Javier M. Flores, en el Women's Economic Forum Latinoamérica 2020 (WEF), que ha reunido virtualmente a unas 50.000 personas de 44 países.
Según los datos de medición de impacto social de la FMBBVA, ellas, en el 47% de los casos, son cabeza de familia. “En estos años, hemos observado que muchas mujeres emprenden por necesidad, y que no solo son buenas administradoras de sus negocios, sino también que invierten y gastan mejor, dedicando el 90% de sus ingresos a la salud, formación y a una mejor educación para sus hijos”, ha señalado Flores.
Transformación digital con enfoque de género
El COVID-19 ha expuesto aún más si cabe la importancia de cerrar la brecha digital. Antes, por ser una barrera más en el progreso de las personas vulnerables; hoy, por ser una condición indispensable para superar el impacto de la pandemia en todas las facetas del día a día.
Entre las soluciones digitales que ha desarrollado la FMBBVA, destaca la Banca Móvil que ya existe en Colombia y Perú, para que sus más de 1,8 millones de clientes en ambos países puedan hacer transacciones básicas sin la ayuda de un asesor o sin tener que acercarse a una oficina. En Colombia, la gran mayoría de usuarios activos son mujeres, por lo que Bancamía, la entidad de la FMBBVA allí, ha incluido una sección especial para ellas, con acceso directo a los productos diseñados acorde a su realidad, como los seguros de salud con coberturas específicas.
“La tecnología ha sido fundamental para mitigar las consecuencias del COVID-19”, ha asegurado Javier M. Flores. Y se ha referido a la transformación digital que la FMBBVA puso en marcha hace años como un proceso esencial para que hoy “podamos seguir acompañando a nuestros emprendedores, a distancia pero con la misma calidad que nos caracteriza”.
Pero este acceso a la tecnología necesita un paso previo: formación. Por eso, y atendiendo al hecho de que el 35% de las mujeres que acceden a crédito con una entidad de la FMBBVA solo tiene educación primaria, la Fundación cuenta con programas de capacitación y educación financiera en los cinco países en los que está presente.
Formación para un desarrollo sostenible
“Para la FMBBVA, es fundamental complementar todos nuestros productos y servicios con un plan de formación completo, que combina la gestión del negocio con una parte sobre el bienestar familiar y comunitario”, asegura el director general de la Fundación Microfinanzas BBVA. Entre los programas más destacados, está la Escuela de Emprendimiento en Chile, que incluye formación básica en empoderamiento, bienestar socioeconómico, desarrollo del negocio y capital social. Allí, la entidad Fondo Esperanza atiende a más de 93.000 emprendedores, el 81% mujeres.
También en Perú, se han impartido varios talleres de capacitación en las zonas rurales, para fortalecer el tejido empresarial que día a día construyen las más de 27.000 mujeres que Financiera Confianza, la entidad de la FMBBVA en el país, atiende en esas áreas.
Un futuro más verde y más igualitario
Los productos y servicios financieros contribuyen a la independencia económica de la mujer, con un efecto positivo en la confianza en ellas mismas y en su autoestima. Un sentimiento que se refuerza con la formación y con las redes de apoyo que crean al convertirse en referentes no solo en sus comunidades, sino también fuera de ellas, gracias a la tecnología.
Sin embargo, las mujeres sufren otra importante barrera que frena su progreso: según las Naciones Unidas, a ellas les afecta más el cambio climático pero tienden a estar más predispuestas a adoptar nuevos hábitos que protejan el entorno.
El ejemplo más destacado de la apuesta de la FMBBVA por el medioambiente está en Colombia y República Dominicana, con el programa MEbA (Microfinanzas para la Adaptación basada en Ecosistemas), que se lleva a cabo en alianza con ONU Medio Ambiente. Incluye acceso a créditos verdes, pero también a programas de ahorro y, sobre todo, a capacitación en técnicas más sostenibles para agricultores familiares.
“En los últimos trece años, hemos construido una manera de relacionarnos con el cliente, en la que su progreso sostenible en el tiempo es la prioridad, asegurando así el cumplimiento de nuestro propósito: el desarrollo sostenible de emprendedores en vulnerabilidad”, asegura Javier M. Flores. “Esta metodología nos permite contribuir a la reducción de la pobreza, a la mejora de la salud financiera de nuestros emprendedores y al bienestar social de sus familias y comunidades”, añade. Así, por ejemplo, el 37% de las mujeres supera la línea de la pobreza en el segundo año de acceso a productos y servicios financieros.
Ante los retos del COVID-19, y frente a las proyecciones que apuntan a una grave recesión en América Latina, Flores concluye: “Desde la Fundación, seguiremos comprometidos, impulsando el empoderamiento de la mujer para transformar el mundo y conseguir un futuro más igualitario y más sostenible”. Un futuro impulsado por el esfuerzo y el compromiso del más de un millón de mujeres a las que apoya la FMBBVA, como Yamile y Ceneris.
Esta fue la intervención del director general de la Fundación Microfinanzas BBVA en el Women Economic Forum Latinoamérica 2020: