“América Latina sufre como espectador las tensiones arancelarias entre EE. UU. y China”
América Latina no es ajena al “escenario retador” derivado del impacto y la incertidumbre que están provocando las tensiones arancelarias entre China y Estados Unidos. Un escenario que, a juicio de Juan Ruiz, economista jefe de BBVA Research para América del Sur, “la región está sufriendo como espectador y que a nivel global podría restar hasta un 0,6 % en el PIB, en el peor de los escenarios”.
En un desayuno con medios de comunicación y ante más de 150 invitados, entre los que se encontraban destacados políticos y empresarios de Uruguay, Alberto Charro, ‘country manager’ de BBVA en Uruguay, comenzó la sesión apuntando al momento singular que vive el país sudamericano y su entorno “marcado por dos elementos clave como son la coyuntura económica que estamos viviendo, no sólo a nivel nacional o regional sino global; y por el periodo de elecciones inminente que afrontamos”.
En el encuentro que llevaba por título ‘Perspectivas Económicas para Uruguay en el entorno global’, el economista jefe de BBVA Research para América del Sur, Juan Ruiz, alertó sobre la debilidad de la actividad global, un escenario que se prolonga y que hace mantener la incertidumbre derivada de la escalada proteccionista.
Se trata de una situación que también está afectando a América Latina, que de acuerdo a las previsiones de BBVA Research, experimentará un crecimiento del 1,7% en 2019 y del 2,3% en 2020, una reducción frente a las anteriores previsiones (2,1% y 2,4%, respectivamente). “Estos datos tienen que ver con el entorno global y los peores datos de actividad en los últimos meses, principalmente en Argentina, Brasil y México”, señaló Juan Ruiz. A su juicio, este suave crecimiento no permitirá ir acortando la brecha en la región con los países desarrollados.
“En Brasil, estamos viendo una reducción del optimismo con la nueva administración y se refuerzan las señales de debilidad en el crecimiento. En Argentina, las políticas económicas están orientadas a estabilizar el tipo de cambio y controlar la inflación en un entorno de incipiente recuperación pero alta incertidumbre electoral”, algo que a juicio del economista solo se aclarará tras los resultados de los comicios legislativos y presidenciales.
Alberto Charro, country manager de BBVA en Uruguay, abrió el Encuentro 'Perspectivas Económicas para Uruguay en el entorno global'.
Gloria Sorensen, economista jefe para Argentina y Uruguay de BBVA Research, recordó que las previsiones de crecimiento para Uruguay se sitúan en torno al 0,8% en 2019. El país está afectado “por el magro desempeño del consumo y por una inversión estancada, mientras que el sector externo contará con la recuperación del mercado agrícola compensado por una débil temporada turística”. Aunque el riesgo país sigue siendo el más bajo de la región, no hay que perder de vista los futuros desequilibrios. A su juicio, “el nombre del juego actualmente es la volatilidad cambiaria”.
Respecto a la inflación uruguaya, los expertos del servicio de estudios de BBVA pronostican que alcanzará hasta un 8,0% este año y un 6,8% en 2020 “por la aceleración de la depreciación del tipo de cambio y a pesar del mantenimiento una política monetaria contractiva y el cumplimiento del esquema de salarios nominales decrecientes”.
En el encuentro también participó Gabriel Odonne, economista socio de CPA Ferrere, que alertó sobre el riesgo de estanflación y subrayó la importancia de la política fiscal. “Aunque en campaña electoral nadie dice que va a subir impuestos, eso es lo que va a suceder", comentó. Respecto a Argentina, vaticinó posibles volatilidades monetarias antes de que termine el año. Odonne se refirió al crecimiento de Uruguay que calificó como “moderado, asimétrico entre sectores y con caída de inversión”, además de advertir sobre la fragilidad del mercado laboral que, según explicó se profundizó en 2018.
Al empleo también se refirió Tamara Schandy, directora de Asesoramiento Financiero de Deloitte, que consideró que “la combinación de salarios altos y el freno de la actividad económica se manifestó en un fuerte deterioro del mercado de trabajo, con una incidencia del desempleo especialmente preocupante en los jóvenes”.
Por su parte, el economista y consultor, Javier de Haedo, defendió que una política fiscal contractiva y una monetaria expansiva serían elementos clave deseables para el próximo gobierno, así como “impulsar varias reformas, lo que no se hace en dos días". El economista coincidió con el resto de participantes en señalar algunas de las recetas que debería poner en marcha el futuro gobierno uruguayo: ajuste fiscal, ajuste de precios relativos, reformas estructurales, recuperación de la infraestructura, flexibilización laboral y una adecuada gestión presupuestal, entre otras.
De izquierda a derecha, Gabriel Oddone, Tamara Schandy, Javier de Haedo, Gloria Sorensen, Juan Ruiz y Alberto Charro.