América Latina necesita una mayor integración regional
Con la intención de reforzar los lazos económicos regionales a largo plazo, América Latina debería apostar por una mayor integración entre los países que la conforman y lograr así el éxito económico deseado.
El pasado 14 de marzo el Banco Mundial presentó su informe ‘Mejores vecinos: hacia una renovación de la integración económica en América Latina’ en el que analiza las ventajas de un regionalismo abierto en la región. En concreto, determina una estrategia que pueda contribuir al crecimiento combinado entre los beneficios obtenidos en la zona y la integración económica global.
“Una integración intrarregional más robusta nos volverá más competitivos en el escenario mundial. La integración efectiva demandará inversiones en infraestructura, conectividad y logística, lo que brindará un impulso adicional al crecimiento económico”, aclaró Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe durante la presentación. Se trata de una medida a largo plazo para conseguir encontrar las sinergias y beneficios que ofrece su privilegiada posición geográfica junto con el comercio que pueden llegar a tener.
"Se espera que las ganancias sean mayores cuando los socios de un país son polos de conocimiento o cuando son abiertos
Sin embargo, y aunque con esta medida se trata de tener una cobertura mayor, no es una idea nueva en la zona. La Alianza del Pacífico, Mercosur o el Tratado de Libre Comercio Centroamérica – República Dominicana (conocido por sus siglas CAFTA-DR) son algunos ejemplos de unión económica entre diferentes países para generar un crecimiento mayor e impulsar el desarrollo y la competitividad de las naciones implicadas.
El Banco Mundial planea la ejecución de este proyecto basándose en cinco acciones: la reducción de los aranceles; la profundización de la integración entre América del Norte, América Central y América del Sur; la armonización de las normas y procedimientos que regulan el intercambio de bienes, servicios y factores de producción; la reducción de los costes del comercio; y la integración de los mercados de trabajo y de capital.
De izquierda a derecha, Felipe Calderón (México), Juan Manuel Santos (Colombia), Alan García (Perú), Sebastián Piñera (Chile), y el ministro para Asuntos del Canal de Panamá, Rómulo Roux, en el Palacio de Gobierno de Lima (Perú) tras firmar la Declaración de Lima, precedente a la Alianza del Pacífico. - EFE
Los dos argumentos que apoyan la integración
El regionalismo abierto por el que apuesta el Banco Mundial para América Latina se basa en dos ramas económicas. La primera de ellas considera que se puede obtener una mayor ganancia e integración económica en cuanto más difieran los socios comerciales. Esto implica que las necesidades que tiene un país puedan ser cubiertas por los excedentes del que disponga otro.
El segundo argumento apuesta por un mayor flujo de conocimiento y difusión de la tecnología. Dicha integración regional fomenta que las empresas de una nación conozcan de primera mano y aprendan sobre los bienes, procesos productos y relaciones en las que otros países tienen mayor experiencia. Por lo tanto, según dicta el informe, “se espera que las ganancias sean mayores cuando los socios de un país son polos de conocimiento o cuando son abiertos”.
Asia oriental y el Pacífico: modelo a seguir
La unión producida en Asia oriental y el Pacífico, conocida por sus siglas en inglés EAP, ha servido como ejemplo para fomentar el concepto de integración territorial en América Latina. El éxito del comercio intrarregional, las exportaciones realizadas a otros países y el ingreso per cápita son algunos de los beneficios que se han obtenido en esta parte del mundo. De hecho, los ingresos producidos en la región continúan acercándose a los de Estados Unidos.
El futuro económico de las uniones regionales
BBVA Research publicó sus previsiones de crecimiento de la Alianza del Pacífico del 1,6% este año y un 2,4% durante el 2018, durante la presentación del informe ‘Situación América Latina. Primer Trimestre del 2017’. Además, Mercosur dejará atrás su decrecimiento para comenzar un lento aumento del PIB, llegando al 0,5% durante el 2017 y al 1,2% durante el ejercicio del año que viene.