América Latina y Caribe seguirán creciendo en 2018, según el Banco Mundial
El Banco Mundial ha publicado su informe de perspectivas económicas mundiales para este año 2018. Tras las positivas cifras con las que se cerró 2017, este año el crecimiento de economía mundial se prevé próximo al 3,1%. La recuperación se notará en la inversión, la fabricación y el comercio.
El informe advierte de que esta recuperación es una mejora en el corto plazo. En el largo plazo continúa la desaceleración del crecimiento potencial, que podría comprometer los niveles de vida alcanzados en algunos países y la reducción de la pobreza a nivel global.
Las economías avanzadas moderarán su crecimiento hasta el 2,2%. El crecimiento de las economías en desarrollo se situará en el 4,5% este año. En este marco, el Banco Mundial recalca la importancia de diseñar unas políticas que estimulen el crecimiento a largo plazo para contrarrestar la desaceleración del crecimiento potencial.
América Latina y el Caribe
Tras dos años de contracción, América Latina y el Caribe comienzan a dar signos de recuperación. Se espera que para 2020 el crecimiento esperado sea del 2,7%. El consumo privado ha sido la principal actividad en la región y como consecuencia la inversión se ha ido recuperando lentamente.
En México la inversión ha caído en el último año por la inestabilidad respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los posibles cambios en las políticas migratorias por parte de los Estados Unidos han afectado al flujo de remesas de forma preventiva. El desplome en los precios de los productos básicos ('commodities') ha provocado recortes de inversión pública en las economías exportadoras. El crecimiento en 2017 fue del 1,9% y este año se prevé un aumento hasta el 2,1%.
Argentina se ha recuperado de la recesión de 2016 impulsada por un repunte de la inversión, especialmente de la inversión pública, y por el aumento del consumo privado. El crecimiento estimado de Brasil en 2017 fue del 1% y se espera que crezca hasta 2% en 2018.
Los desastres naturales han tenido un gran impacto en la economía de los países afectados, destruyendo infraestructuras y rebajando las perspectivas de crecimiento. La inflación en la región ha aumentado como consecuencia de la reducción de los subsidios de combustibles y el aumento de los precios del mercado agrícola. La deuda pública ha crecido considerablemente en las grandes economías como Colombia, Argentina, Brasil o México.
Las limitaciones en educación han retrasado el crecimiento de la productividad en América Latina y el Caribe. Aunque las tasas de matriculación y de individuos que terminan sus estudios han crecido durante las últimas décadas.
La innovación tiene un desempeño inferior al de otras regiones de características similares. América Latina y el Caribe dispone de valiosas oportunidades para impulsar la innovación como preparar a los estudiantes para que identifiquen oportunidades de innovación, apoyar colaboraciones con instituciones que trabajes en innovación o garantizar su financiamiento.
El Banco Mundial espera que la inversión crezca en la región de forma lenta y no al mismo ritmo que a principios de la década de 2010. Por otra parte, se han registrado las mayores mejoras en 10 años en educación, asistencia médica, inversión e integración de la mujer en el mundo laboral.
La participación en el sistema financiero informal, muy común en varios países de la región, ha caído un 1%. Este dato se asociado a un mejor funcionamiento de los mercados laborales o intervenciones políticas para simplificar los procedimientos fiscales.