¿Cómo afectan los incrementos de tipos a los consumidores?
Sonsoles Castillo, de BBVA Research, hace un repaso de cómo van a evolucionar las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (FED). Lo cierto es que la mejora gradual de las condiciones económicas en el ámbito global avala la retirada de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales.
La FED va más adelantada en la estrategia de salida, lógicamente, porque el ciclo económico de la economía americana va más adelantado. La economía crece por encima del 2% y prácticamente hay una economía cercana al pleno empleo. Ante este panorama, la Reserva Federal ha acabado con el quantitative easing y ha empezado ya la subida de tipos de interés. Actualmente, están en el 1% y se espera que a finales de este año se sitúen en el 1,5%.
Por su parte, el BCE va más atrasado que la FED en la retirada de estímulos monetarios, lógicamente, porque la situación económica en Europa es distinta y porque la inflación subyacente (anclada todavía a niveles bajos) hacen que el BCE vaya con cierto retraso.
En el mes de abril, el Banco Central Europeo está empezando a reducir el ritmo de compras mensuales de activos. Y si el BCE sigue la secuencia de la FED, tal y como esperamos, en 2018 empezará a hacer una retirada del estímulo monetario de forma gradual. De esta forma, se espera que en el primer semestre de 2018, el BCE empiece a hacer el famoso tapering, es decir, reducir el ritmo de compras que acabaría en junio; y se estima que solo unos meses después, es decir, a finales de 2018, el BCE inicie el ciclo alcista de tipos.
Esta retirada de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales implica retos muy importantes. Hay riesgos asociados a la estrategia de salida y van en ambas direcciones. Por un lado, una retirada tardía de los estímulos monetarios puede propiciar un aumento de los desequilibrios, sobre todo en la parte financiera, mientras que, por otro lado, una retirada prematura de los estímulos puede truncar la recuperación.
Este es el gran reto que abordarán los bancos centrales en los próximos meses.