Cinco curiosidades sobre los últimos capítulos de El Quijote
Radio Nacional de España y la Fundación BBVA han querido celebrar a Cervantes con la emisión de El Quijote del siglo XXI versión sonora, un programa que nos ha traído semana a semana el relato radiofónico de la obra cumbre de la literatura española. Nos acercamos al final de la segunda parte y, por tanto, de la obra, pero cada capítulo que escuchamos sigue descubriéndonos curiosidades y secretos sobre el hidalgo y su escudero.
-El capítulo en el que Sancho Panza se convierte en gobernador de la ínsula Barataria tiene una gran similitud narrativa con los apólogos medievales. Son cuentos de ingenio que relatan comportamientos de las personas y que suelen contener una consejo moral. En este caso, la enseñanza es la importancia de luchar siempre en pro de la justicia.
-Durante su mandato en la ínsula, Sancho se propone eliminar las casas de juego. Muchos dicen que la voluntad del escudero es un reflejo de la faceta de jugador empedernido de Miguel de Cervantes que tantos problemas le causó con la justicia. El texto recoge muchas metáforas y vocabulario tomado del mundo del naipe, que evidencian la asiduidad con la que el autor jugaba a las cartas.
-Don Quijote tiene 50 años al empezar la obra, sin embargo, tiene el espíritu de un chaval de 20, especialmente en la primera parte. Sus ganas de cambiar el orden establecido y su afán de hacer del mundo un lugar más justo camuflan su edad, aunque va perdiendo fuelle a medida que avanzan los capítulos, alejándose de sus fantasías caballerescas y poniendo los pies en la tierra.
-Una de las palabras más repetidas en las páginas de El Quijote es el sustantivo ‘conversación’. Don Quijote y Sancho Panza mantienen un diálogo continuo; y también hablan sobre lo mucho que hablan. Existen muchos ejemplos, uno de ellos aparece cuando nuestro caballero le dice a Sancho: “cada día te vas haciendo más discreto y menos simple”, a lo que éste responde, “es por la mucha conversación que tengo con vuestra merced”.
-El humor de los últimos capítulos del Quijote se vuelve cada vez más cruel. Los recursos que Cervantes utiliza en su historia van adquiriendo a medida que avanza la obra un carácter medieval y renacentista, caracterizado por las bromas crueles y despiadadas. No obstante, el autor reinventa esta maldad, incorporando esporádicamente connotaciones de ternura y amabilidad, en un ejercicio de equilibrio sentimental -el lector acaba sintiendo pena y lástima por los ataques que recibe Don Quijote.