2018: un año marcado por la volatilidad en el mercado de bonos
Durante el 2018 el negocio de bonos se ha caracterizado por un descenso de la actividad de los emisores debido al aumento de la volatilidad en los mercados. En Europa el volumen total de emisiones ha sido de 1,467 billones de euros, en torno a un 10% menos que en 2017. Al mismo tiempo, se consolidan tendencias como los bonos verdes, ya presentes en el mercado desde hace más diez años, y se empiezan a vislumbrar productos relacionados con las nuevas tecnologías.
La inestabilidad de los precios en los mercados financieros ha determinado el comportamiento del negocio de bonos en 2018. Las tensiones políticas en Italia; la guerra tarifaria entre EE. UU. y China; la incertidumbre provocada con el Brexit; y por último, la política de subida de tipo de interés de la FED, han sido los principales desencadenantes de la volatilidad instalada en los mercados.
Estos factores han provocado que el mercado de bonos haya visto reducida su actividad a escala global y que haya acusado un descenso aún mayor a escala nacional con una caída del 25% con respecto a la actividad de 2017.
El sector que más ha sufrido dicha bajada ha sido el de clientes corporativos mientras que el que mejor se ha sostenido ha sido el de sector público.
Los bonos verdes, instalados en el mercado
A pesar de que el volumen emitido este 2018 en España ha sido un 4% inferior a 2017, año en el que se batieron todos los récords, los bonos sociales y sostenibles han adquirido un mayor peso relativo. Es decir, estos productos representan un mayor porcentaje del volumen total emitido y se consolidan como una alternativa de inversión sólida.
Tanto emisores como inversores han mostrado un creciente interés por este tipo de productos. De hecho, se aprecia que nuevos se sectores quieren formar parte de estas iniciativas y se asoman al mercado de los bonos verdes, sociales y sostenibles para financiar proyectos que entran en las categorías definidas por los ‘Green Bond Principles’.
Dentro de las operaciones formalizadas este año cabe destacar las emisiones inaugurales de ACS Servicios Comunicaciones y Energía, por un importe de 750 millones de euros, y la del Gobierno Vasco, por 500 millones. La primera fue una emisión verde y la segunda social, y ambas fueron lideradas por BBVA que actuó como Banco Estructurador Verde.
BBVA también ha jugado un rol esencial como emisor en este mercado al haber emitido su primer bono verde por importe de 1000 millones de euros el pasado mayo, el de mayor importe emitido por un banco en la Eurozona hasta la fecha.
Estos productos representan un mayor porcentaje del volumen total emitido y se consolidan como una alternativa de inversión sólida
Nuevos horizontes por explorar en 2019
De cara a 2019 las previsiones indican que la liquidez disponible en el lado del inversor se mantiene a unos niveles similares a los de 2018, con una recuperación de los volúmenes.
En este último año los inversores se han vuelto más exigentes en cuanto a los precios y calidad crediticia, y se espera que esta tendencia se acentúe aún más en los próximos meses. Sin lugar a dudas, para los emisores será crítico elegir bien las ventanas de oportunidad de mercado y, para los inversores, escoger bien los créditos en los que invierten.
No es posible referirse al futuro del sector sin mencionar las nuevas tecnologías que este 2018 han irrumpido con fuerza en los mercados desempeñando un papel protagonista. Un ejemplo de ello es la tecnología ‘blockchain’. Respecto a su desarrollo en el mercado de bonos, los expertos consideran que dicha tecnología será aplicable inmediatamente en operaciones privadas pero tardará algo más en llegar a las operaciones públicas. Ahora bien, la industria tiene que hacer frente a un nuevo reto: acordar un estándar que defina unos parámetros comunes para todos los participantes.