¿Eres una de los 10 millones de personas que conoce a Jessica Hernández?
Desde que habló en Naciones Unidas, la historia de Jessica ha dado la vuelta al mundo y 10 millones de personas ya han oído hablar de ella. En YouTube, sus vídeos registran más de 240.000 visitas, su voz en la radio colombiana ya casi no necesita presentación y la televisión nacional ha estado varias veces en su casa en los Altos de la Florida, en Soacha.
La gente la recuerda no solo por lo que ha vivido, sino por la entereza y el optimismo con los que afronta una realidad como la de tantas mujeres como ella, que no recuerdan más infancia que el trabajo y las ausencias. "Desde que tengo memoria, trabajo", le dijo a los micrófonos de Radio ONU durante su visita a Nueva York, de la mano de la Fundación Microfinanzas BBVA.
Desde esa entrevista han pasado cinco meses, en los que todo ha cambiado menos lo más importante, su fuerza de voluntad. Jessica sigue levantándose a la misma hora para llevar a sus hijos al colegio e irse a trabajar para que no les falte de nada. Pero su teléfono ahora recibe más llamadas que nunca : todos quieren conocer o ayudar a la mujer que empezó un proyecto que necesitaba agua donde no la hay. “Llega cada 15 días o cada mes”, aseguraba esta emprendedora que montó un pequeño negocio de alquiler de lavadoras para prestar servicio a sus vecinos y que ahora compagina con un taller de costura.
Hasta la Gran Manzana, la acompañó Televisión Española y de vuelta a casa, el canal vasco EITB quiso conocer su día a día. La rutina de Jessica ya no es un secreto para casi nadie, ni siquiera para la audiencia china, que muy pronto podrá verla en un reportaje del canal CGTN para América.
“Una no se imagina el alcance que puede llegar a tener su historia”, dijo en otra entrevista al diario más importante de Colombia, El Espectador, del que fue portada. La repercusión de lo que para ella es lo habitual ha superado cualquier expectativa y está inspirando a vecinos e instituciones a aportar su granito de arena para que esta mujer de 28 años, madre de cuatro niños —todos menores de ocho años—, siga progresando.
"Una no se imagina el alcance que puede llegar a tener su historia"
Ha recibido desde un carro para cargar las lavadoras que alquila por horas hasta un tratamiento odontológico para mejorar su salud dental. También ropa para sus hijos y asistencia legal para formalizar su propiedad. Ella, mientras, sigue estudiando Patronaje Industrial de Prendas de Vestir en el SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) y estudia inglés en la American School Way, nada que no entrara ya en sus planes desde hace años.
Jessica compagina su negocio de alquiler de lavadoras con un pequeño taller de costura
La historia de Jessica es de esas que merece la pena no olvidar, porque son historias que engrandecen por momentos. Desde que viajó a Nueva York a la sede de Naciones Unidas, a su alrededor todo ha cambiado. Mientras, para ella basta solo la satisfacción de saber que su ejemplo está sirviendo para que otras mujeres que también se sacrifican a diario por el futuro de sus hijos sepan que no están solas y que son capaces de ayudar a cambiar el mundo.